Coronavirus te diré… Reflexión sobre la enseñanza

Coronavirus, ante esta terrible situación, te diré que me he dado cuenta (aunque en realidad ya lo sabía) que la enseñanza no puede cubrirse con las nuevas tecnologías. Esa fantasía en la que las pantallas sustituyen la figura de una maestra, de un maestro, no es más que eso, una fantasía.
El proceso de enseñanza-aprendizaje de un alumno tiene una base fundamental, que es la parte humana. Una parte de interacción con los demás, una parte donde los gestos, las miradas, las emociones trasmitidas nos aportan más información que una simple prueba o trabajo online.

Preguntas sin resolver: maestros vs. pantalla

¿Cómo puedo ser yo consciente, como docente, de las dificultades que presenta mi alumnado si no soy capaz de ver cómo se enfrenta a ello? ¿Cómo va a poder aprender si no tiene esa palmada de ánimo, ese gesto cómplice con su maestro/a, que en ocasiones es tan necesario? ¿Cómo voy a poder valorar cómo se enfrenta a ese aprendizaje día a día y logra superarlo? ¿Cómo puedo atender o detectar sus necesidades si lo único que recibo son trabajos online, donde se escapa muchísima información? ¿Cómo voy a atender a ese alumnado que no dispone de medios tecnológicos para poder hacer frente a esta nueva forma de enseñanza? ¿O a aquel que tiene una situación de desventaja o de violencia en casa? ¿Cómo estarán esos niños que dependían de una beca de comedor para poder comer? ¿Cómo estará ese alumno con NEAE (necesidades especiales de apoyo educativo) que se estaba adaptando en el aula a sus compañeros, a sus profesores? ¿CÓMO…? (Podría seguir haciendo preguntas).

Estas y muchas otras cuestiones son las que nos hacemos estos días de cuarentena todos los docentes que sabemos que nuestro alumnado no presenta las mismas características. Cada niño/a es un mundo, una realidad distinta. Esos mismo docentes hemos tenido que aprender en tiempo récord cómo funcionan determinadas apps o cómo crear un blog en determinadas plataformas, con la única intención de hacerles saber a nuestro alumnado que estamos ahí, para sacarles una sonrisa, para tratar de hacerles pensar lo menos posible en esta situación que les ha tocado vivir. Un trabajo, el nuestro, muy alejado de la idea de «otros» de inflarles a deberes, adelantar temario, exámenes, notas… Es triste pero cierto, sucede en muchos casos.
Sin embargo, a pesar de nuestros esfuerzos, no todos podrán percibir este gesto o puede que, para los que lo perciban, no sea suficiente en comparación con los que reciben día a día en el centro.

El valor humano en la docencia

Es aquí, en ese cuidado humano, en esa preocupación e interés por su alumnado, en donde una pantalla no podrá sustituir el “Gimme five”, el “Buenos días” o el abrazo al entrar en clase de una maestra o un maestro.
El docente y los miembros que forman parte de los centros escolares son imprescindibles en la enseñanza de nuestros pequeños y no tan pequeños. De ello, os daréis cuenta cuando todo vuelva a la normalidad y veáis cómo vuestros hijos e hijas corren para darle un super abrazo a sus profes. Valoremos, pues, la enseñanza y a los miembros que forman parte de ella.

Coronavirus, ante esta situación te diré que espero que la sociedad se de cuenta que la parte humana no podrá ser cubierta nunca por una pantalla.

Elena Gutiérrez Lozano

Elena es maestra de educación primaria en el CEIP Baladre. Si queréis saber más sobre su trabajo os animamos a que visitéis su web www.elcondedracula.com en la que, además, encontraréis ideas para hacer estos días en casa con vuestros hij@s.

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