La sostenibilidad como fachada en la industria de la moda

Todas las marcas “quieren” ser sostenibles (o como mínimo parecerlo). Sin embargo, ser sostenible en la industria de la moda, la segunda más contaminante del planeta, es complicado. Y es que hablar de moda sostenible implica hablar de nuevos procesos de producción, «fundamentados en la consideración del impacto ambiental, social y económico del ciclo de vida de cada producto» (Wikipedia).

Esta transformación de los procesos requiere de tiempo, de una importante inversión económica, pero, sobre todo, de un cambio de mentalidad por parte de las cadenas productoras. Y esto es lo realmente complicado, ya que muchas basan su negocio en el fast fashion, esa moda rápida, desechable, de una temporada y poco más.
Sin embargo, la sociedad actual es cada vez más consciente de la importancia de modificar sus hábitos de consumo hacia unos más “sostenibles” y comienza a actuar en consecuencia. Este hecho obliga y empuja a la industria de la moda a iniciar dicha transformación, pero, ¿está realmente cambiando o solo nos lo parece?

Cómo parecer sostenible sin serlo

Aunque muchas llegan a parecerlo, pocas son lo son realmente. Veamos tres ejemplos que nos muestran claramente cómo la industria de la moda nos “engaña” disfrazando de sostenible la ropa de siempre:

  1. Estampados de naturaleza. Además del clásico y popular print primaveral de flores, que siempre coge fuerza en esta época, el gran protagonista de la temporada es el estampado tropical. Especialmente destacan los prints con hojas grandes, que nos transmiten una sensación de naturaleza y vegetación.
  2. El predominio del color verde. Bautizado por pantone como Biscay Green, este color verde azulado (similar al de nuestra foto de cabecera) se ha colado en las pasarelas y ya está apareciendo en las tiendas. Se trata de un color que nos recuerda a esas aguas limpias y cristalinas de las playas.
    Otro verde que está muy de moda ahora es el verde menta. Un color potente y muy vivo que da la sensación de frescura y vitalidad.
  3. Tendencia artesanal y todo lo que parezca hecho a mano. Las cestas de mimbre, rafia, alpargatas nos transmiten el mensaje de que son cosas elaboradas con mimo, que se trata de procesos bien hechos. Lo asociamos con calidad cuando en muchos casos siguen siendo resultado de la producción en masa.

¿Cómo apostar por una moda sostenible?

A veces pasa que cuanto más obvia es la respuesta, más difícil nos resulta verla: la solución está en nuestras manos, en nosotros como consumidores.
No es necesario convertirse en una persona experta en sostenibilidad, ni saberse todos los procesos, materiales, origen… basta con conocer un par de ideas básicas e introducir pequeños cambios en tu rutina diaria. Y es que la mayoría de las veces son estos pequeños cambios los que marcan una gran diferencia.

Si no sabes por dónde empezar, aquí te compartimos ocho claves que te ayudarán a consumir la moda de manera más responsable y consciente.

Carla López Rodríguez

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